Entrevista a Gerardo Urchaga, de FOLC Records: «La mejor forma de promocionar un disco es tocando en directo, hay que patearse las salas»

Foto Gerardo Urchaga de FOLC Records y guitarrista de Los Chicos

Por Dimas Ortiz y Santiago Úbeda
Fotografías de Laura de la Puente

¿Quién salvará el rock and roll?, se preguntaban The Dictators. La interpelación parecía aludir a la llegada de una banda o solista mesías que lo devolviese a los altares de la cultura popular. El tiempo, sin embargo, ha demostrado que lo que lo sustenta con vida y buena salud es el trabajo diario de un ejército de pastores hormiguita, quienes, más por pasión que por réditos económicos, se baten en primera línea de garitos por mantener la llama viva.

Devotos como Constan Chao en León, Alfonso Monasterio en Toledo o nuestro entrevistado Gerardo Urchaga, guitarrista de Los Chicos, promotor de conciertos y capo de FOLC Records. Quedamos con él en los locales Pandora’s Vox de Madrid para desentrañar el funcionamiento de un sello discográfico independiente y las particularidades de un negocio en el que, como en tantos otros, el pez grande se come al chico.

Por cierto, para quien sepa verla, es posible que esta entrevista contenga una oferta de trabajo.

Para empezar, nos sentimos obligados a darte el pésame por la muerte de Wilko Johnson.

Gracias. Es una de esas muertes que te tocan. Me enteré durante la prueba de sonido de los Perrosky en los conciertos de Radio 3 y fue un palo. Menos mal que estaba todo a oscuras y nadie podía verme, porque en cuanto vi la noticia en el móvil me puse a llorar. Estaban ahí todos los de la redacción de Radio 3 y me daba mucha vergüenza. Van a pensar: ¿qué le pasa este gilipollas? Pero es que me dio mucha pena. Era nuestro guitarrista favorito. Y le conocíamos personalmente y siempre había sido muy majo con nosotros. Y eso que tenía fama de tener muy mala hostia.

Rafa Suñén, tu hermano Antonio y tú montasteis Los Chicos en 2001, y partir de ahí os embarcasteis en toda una vorágine de conciertos, discos y giras por España, Europa y hasta Australia. ¿En qué momento decidisteis crear FOLC Records?

Mi hermano Antonio y yo lo pensábamos muchas veces, porque con Los Chicos íbamos haciendo amigos por todos lados y conociendo muchos grupos. Pero no nos tiramos a la piscina hasta 2010, cuando Mike Mariconda grabó dos canciones con los “McCoyson” (The Real McCoyson) y nadie las quería publicar. Ahí dijimos: p’alante. Ese single fue nuestro primer lanzamiento de FOLC Records.

¿Fue complicado montar la empresa y todo el papeleo?

Al principio, lo hacíamos todo ilegal. Mandábamos los masters a la fábrica, los de la fábrica nos hacían firmar un papelito asegurando que teníamos los derechos de las canciones, que es algo que hacen siempre para cubrirse las espaldas, por si les mandas a prensar un disco de los Beatles u otros, y ya estaba.

¿No registrasteis la empresa?

Luego sí. Mi hermano y yo somos ingenieros de montes y teníamos ya una empresa de trabajos medioambientales y forestales, y lo que hicimos fue ampliar los estatutos para poder editar discos y hacer cosas relacionadas con la música. De hecho, cuando trabajamos con alguien por primera vez tenemos que advertirles del nombre de nuestra empresa y les mandamos el certificado censal para que vean que todo está bien y que no somos unos cutres.

¿Por qué lo hicisteis así?

Por comodidad, por no tener que crear una empresa nueva. Y por ahorrar gastos. Es más barato ir al notario y firmar una ampliación de estatutos que montar la empresa desde cero.

¿Qué debe tener un grupo para que decidáis publicar un disco suyo?

Lo primero es que nos guste. Al principio, creamos el sello para sacar discos de grupos amigos nuestros que nos gustaban. De hecho, el nombre de FOLC viene de Friends Of Los Chicos. Después, ya empezamos a sacar discos de gente que no era amiga nuestra —aunque luego lo han sido—, pero que nos gustaba la música que hacían. Así que ese es el requisito fundamental: que el grupo nos guste.

¿Y aparte de la música, valoráis algún aspecto más?

Sí. Tiene que haber una conexión personal, por supuesto. Si alguien nos cae mal, no le vamos a sacar el disco. Y con esto, que nadie piense que si no le sacamos el disco es porque no nos gusta o nos cae mal. Simplemente, no podemos editar todos los discos que queremos. También le damos mucha importancia a que tengan ganas e intención de dar muchos conciertos. La mejor forma de promocionar un disco es tocando en directo. Hay que patearse las salas, por pequeñas que sean, en cualquier esquina del país.

¿Recibís muchas peticiones?

Muchísimas. Casi todos los días me llega algún email. O gente que me llama. Me sabe muy mal decir que no a la gente, pero es que no podemos sacarlo todo. No damos abasto. Yo al menos intento contestar a la gente. Hay mucha gente que me dice: joder, gracias por responder, que la mayoría de los sellos ni te contestan. A veces se me pasa, porque no tengo tiempo o porque lo dejo para luego y después no me acuerdo. Pero lo intento. A mí no me gusta que no me respondan.

¿Con qué tiradas soléis trabajar?

De algunos, como La Perra Blanco o Discípulos de Dionisios, previendo que se van a vender bien, sacamos 1.000 copias. Pero por lo general, sacamos 300. Antes solíamos sacar 500, porque la diferencia entre 300 y 500 eran solo de 200 euros y merecía la pena. Pero luego, cuando se empiezan a vender menos discos y ves que ya tienes de sobra como para alicatar el baño varias veces, dices: me ahorro 200 euros y 200 discos menos apilados en casa.

Pero algunos de vuestros discos o singles se agotan casi nada más salir.

Sí. Algunos vuelan, como el primer single de Pelazo. Otros van más despacio.

¿De qué depende?

De muchos factores, pero es fundamental que el grupo toque en directo regularmente, como decía antes, porque en los conciertos y en las giras es donde más discos se venden. Con mucha diferencia. A la gente la pillas con el calentón del concierto y va y se lo compra. Si tiene que comprarlo en una tienda o tiene que comprarlo online ya se le olvida. Ahí el calentón ya se le ha pasado.

Mirando en vuestra tienda online, una buena parte de vuestro catálogo figura como out of stock. ¿Soléis hacer reediciones?

Por lo general no, pero de algunos sí. En los últimos tiempos, por ejemplo, hemos hecho reedición del disco de Lie Detector y del de Tiburona. Se vendieron muy bien y muy rápido, y decidimos reeditarlos. Luego hay otros que con el tiempo se agotan, pero no los reeditamos porque han tardado mucho en venderse y para colocar 20 o 30 copias más, no sale rentable.

Algunas de las referencias de vuestro catálogo se van a revalorizar bastante con el tiempo.

Lo sé. De hecho, ya hay algún disco que ves el precio en Discogs y dices: ¡dónde vas! ¿Cómo puede la gente gastarse esos dinerales?

Foto Gerardo Urchaga de FOLC Records y Los Chicos

¿Qué tal es vuestra relación con las fábricas? Hay pocas y al parecer están copadas por las multinacionales.

Bueno, pocas no. Ahora en España hay tres. Antes había solo una en Castellón, y hace dos o tres años abrió una en Bilbao y el año pasado abrió otra en Madrid. El problema es que hay mucho disco. Y más, después de la pandemia. La gente ha estado grabando discos que no podían sacar y ahora hay una saturación de la hostia.

¿Con qué fábrica trabajáis vosotros?

Con GZ, de la República Checa

¿Tenéis algún problema con ellos? ¿Se retrasan mucho?

No, porque nosotros trabajamos con ellos a través de nuestra distribuidora, Munster Records, que son los intermediarios con la fábrica. Puedes tratar directamente con la fábrica, pero siempre te van dejar de lado y van a priorizar la fabricación de vinilos de las empresas con mayor volumen de producción, que son las que más dinero les reportan. Si fuéramos por nuestra cuenta, podrían tardar 6 o 7 meses en prensarnos un disco. O más. Por eso es mejor tratar con ellos a través de un intermediario. Además, los precios son prácticamente los mismos.

¿Hay una lucha desigual, entonces, entre las multinacionales y los sellos independientes por el acceso a las fábricas de vinilos?

Totalmente. Desde que las multinacionales se metieron a sacar vinilos, han copado la producción de las fábricas. Que luego dices: ¿para qué hacen un EP de Alejandro Sanz o de Bisbal? ¿Qué sentido tiene? Muchas veces la gente se lo pilla por decoración. El Record Store Day, la campaña de navidades con las multinacionales sacando vinilos a saco… eso es lo que ha jodido el acceso a las fábricas a los sellos pequeños. Claro, ellos dicen: ¿Tú me pides 300 copias? Pues te vas a esperar porque estos me piden cinco mil.

Son a los que tienen que mantener contentos.

Eso es. Pero cuando las multinacionales dejen de sacar vinilos, seremos los sellos pequeños los que les salvemos la papeleta a las fábricas. En ese sentido, deberían tener un poco de consideración. Las multinacionales pueden dejar de publicar algún día en vinilo, según la moda o las tendencias, pero nosotros seguiremos editando en vinilo toda la vida, porque es la forma en que concebimos la música. Vamos, yo no la concibo de otra forma.

El vinilo no es meramente un fetiche para ti.

No. Es la forma que he tenido de escuchar música toda la vida. Yo Spotify y esas cosas… Entiendo que es muy cómodo, pero yo, básicamente por paletismo, porque no soy nada tecnológico, no lo uso.

En vuestra web también vendéis discos de otros sellos, como Get Hip Recordings, por ejemplo.

Con Get Hip hacemos intercambio de discos. Nosotros vendemos aquí discos suyos y ellos venden discos nuestros en los Estados Unidos. Es una colaboración. Aunque nos encantaría poder sacar ediciones españolas de algunos grupos como The Cynics.

Algo que sí hacéis con grupos de otros sellos, como el caso de MFC Chicken, del sello Dirty Water.

Sí. Tiene una explicación muy sencilla. Donde más discos venden es aquí, en España, y necesitaban un sello español que pudiese distribuir bien sus discos por el país. Ellos venden muchos discos en sus conciertos y muchas veces les pasaba que estando aquí de gira, se quedaban sin stock y tenían que pedirlos a su sello inglés. Y era un desastre porque los discos no llegaban o llegaban tarde y se dejaban muchos discos por vender. Por eso llegamos a un acuerdo con ellos. Dirty Water saca la edición para Europa y el resto mundo, y FOLC hacemos la edición española.

¿Un disco que haya podido marcar un punto de inflexión para el sello?

El primer LP de Guadalupe Plata. Ese fue la hostia, porque cuando lo sacamos eran unos colegas que hacían un rock que nos gustaba mucho, pero no eran nada conocidos. Y de repente fuimos viendo cómo el grupo iba creciendo y creciendo… Para el siguiente disco ya se fueron a un sello más tocho: Everlasting Records.

La ley del mercado.

Sí. Nos habría encantado que el salto grande lo hubiesen dado con nosotros, yendo juntos. Pero si alguien llega y les hace una oferta mejor… ¿qué puedes hacer? Joderte y decirles: tirad p’alante, chavales.

Foto Gerardo Urchaga de FOLC Records y guitarrista de Los Chicos

Como sello, ¿ponéis dinero para las grabaciones de los discos?

No. Antes, cuando se vendían más discos, sí que los sellos pagaban las grabaciones, aunque luego también se quedaban con un porcentaje de los conciertos o lo descontaban de los royalties. Pero es que ahora es imposible. Si tienes que pagar las grabaciones, se te dispara el gasto y no es viable. Lo que nosotros hacemos es dar al grupo un porcentaje de los discos, para que puedan venderlos y recuperar su inversión.

¿Qué porcentaje?

El 20% de los discos se los damos al grupo y ellos los van vendiendo, normalmente en giras y conciertos. Y cuando los han vendido todos, les podemos ofrecer más copias a precio de distribución, para que todavía puedan sacarle un beneficio. Ese es el acuerdo que hacemos con los grupos. Hay otros sellos que obligan al grupo a comprarle un número determinado de discos. Yo sé de varios de nuestro entorno que lo hacen. A mí no me mola, pero que cada cual trabaje como quiera.

¿Algún disco que haya sido un fracaso absoluto?

Sí.

¿No quieres decir nombres?

No. Ha habido unos cuantos que hemos sacado pensando que se iban a vender bien, y ahí tenemos las cajas de discos en casa. El problema es que luego te llega la factura de la fábrica y hay que apoquinar. El verano pasado nos llegó una factura de varios discos de veinte mil euros y lo tuvimos jodido para pagarla.

¿Se gana dinero editando vinilos de rock and roll?

Con unos discos, sí. Y con otros, no. Vas compensando las pérdidas de unos con las ganancias de otros. Digamos que no pierdes, pero tampoco ganas mucho. A nosotros nos va bien, no nos podemos quejar, pero es difícil que un sello discográfico independiente te dé para vivir. Menos ahora, que han subido a saco los costes de fabricación.

¿Qué tipo de contrato firmáis con los grupos?

Ninguno. Nunca hemos firmado ningún contrato con ningún grupo. De hecho, hay algún grupo que nos ha preguntado y le hemos dicho: mira, nosotros hemos sacado discos hasta de Mudhoney y nunca hemos firmado ningún contrato.

¿Todo de palabra?

Eso es. Si lo estás haciendo por email y tal, a mí me vale. O sea, yo me fío. Que nos podemos llevar una hostia algún día por confiar en la gente… Pues sí. Pero por una que te das, hay mil que no te das. ¿Para qué sembrar la desconfianza…? Perdón, no me acordaba. Con el primer disco de La Perra Blanco, sí que firmamos un contrato. Fue una coedición con otro sello y ellos querían hacerlo así.

¿Y si otro sello quiere reeditar un disco vuestro?

¿Sabes lo que pasa? Que los derechos de las canciones son siempre del grupo. Nosotros también somos músicos y no queremos que nadie tenga el más mínimo derecho sobre nuestras canciones. Y cualquier grupo puede decir: vale, como las canciones son nuestras, editamos el disco con otra portada y listo. Pueden hacer lo que quieran. Y están en su derecho.

Foto Gerardo Urchaga de FOLC Records y guitarrista de Los Chicos

¿Cuándo os decidisteis a pasar a la promoción de giras y conciertos?

Eso es algo que ya hacíamos antes de tener el sello, aunque en plan amateur y de colegueo. Pero hubo un momento, hace como 6 o 7 años, en que me quedé sin trabajo de forestal, y ahí vi la posibilidad de montármelo de forma más profesional, en vez de solo grupos de amigos, y ganar algo de dinero.

¿Es rentable organizar giras en España?

En general, sí. Aunque también te llevas algún batacazo. Hace poco, por ejemplo, tuvimos que suspender la gira de The Split Squad porque al día siguiente del primer concierto de la gira tuvieron que ingresar al cantante en el hospital por una neumonía. Era una gira gorda, con gente de Blondie, The Plimsouls, The Fleshtones… Y hemos palmado el dinero de la furgoneta y el conductor y los gastos de viaje. Hay giras que salen bastante rentables y otras con las que ganas solo 100 euros o nada.

¿Algún grupo al que le tengáis miedo por sus excesos o desparrames en las giras?

A Los Chicos. Eso dirían algunos, aunque con nosotros el mayor peligro es que acabemos con el catering o arruinemos a alguien si nos invita a comer (risas). Ya en serio. Miedo, ninguno. Solemos confiar en la gente y nunca hemos tenido ningún problema. En junio, traemos a los australianos Private Function, que montan unos pollos muy locos en el escenario, pero fijo que luego se portan bien. Aunque, bueno, una vez tocamos en un festival en Australia con Mesa Cosa, el otro grupo del cantante, y le dejamos a las tantas, vestido con un poncho y asegurando que estaba hablando con un búho. Y al día siguiente teníamos que tocar con ellos en otro festival, pero no aparecieron.

¿Habrá algún día un FOLC Festival?

Lo hemos pensado muchas veces. Sobre todo en el pueblo de mi hermano, en Liérganes. Ahí hay un montón de prados que están de puta madre para organizar un festival. Es uno de los pueblos más bonitos de España, está muy bien comunicado y cuenta con suficientes plazas hoteleras porque es una zona muy turística. Lo hemos intentado, pero necesitas apoyo de las instituciones, los ayuntamientos… y allí son muy pasiegos. Cuesta mucho que te hagan caso.

¿Habéis llegado a hablar con el ayuntamiento de allí?

Sí. Pero nada, un muro. Aunque ahora hay una concejala que sí es más receptiva al proyecto.

¿Cómo os distribuís el trabajo entre tu hermano y tú?

Básicamente, desde hace unos años, lo llevo yo todo, porque él tiene un curro normal (risas). Nos ponemos de acuerdo para decidir qué discos sacamos, pero en el día a día estoy yo solo.

Cualquiera que te siga por redes debe de alucinar con tu ritmo: giras, conciertos, festivales, la tienda online, lanzamientos de discos… Eres un currante.

Sí, no paro. Yo hago los paquetes, los envíos, contesto los emails, trato con la fábrica y la distribuidora, hago la producción de las giras, acompaño a muchos grupos en sus conciertos… Sobre todo es que después de la pandemia todo el mundo ha querido salir, y es una locura. Y este año va a ser igual. Hasta el verano tengo ya 7 u 8 giras.

¿No sientes la necesidad de bajar un poco el ritmo?

Sí. He tenido épocas de estar saturado y no dar abasto. De ir de aquí para allá, con muchos frentes abiertos, y sin tiempo para responder emails o devolver llamadas, ni preparar pedidos de discos. En esos momentos, tengo la sensación de estar fallando a mucha gente y me duele en el alma. Pero es que se me quedan cortos los días. Y hay semanas que duermo una media de 3 horas diarias. Yo siempre he dormido poco, pero ya voy siendo mayor como para que mi cuerpo lo resista.

¿Y te compensa todo ese esfuerzo?

Hay veces que a las 5 de la mañana, cargando maletas con 40 kilos de discos, de camino al aeropuerto, me hago esa misma pregunta… Y sí, sí me compensa. Cuando el parón de la pandemia, tuve que elegir entre volver a mi antigua profesión de forestal o seguir con la música, y creo que tomé la decisión correcta. Mi vida es la música y esto es lo que me hace feliz.

¿Has pensado en ampliar la plantilla?

Sí, me gustaría contratar a alguien para que llevase las redes sociales, que es lo que más pereza me da, pero primero tengo que hacer números y ver si me lo puedo permitir.

A los de nuestra generación nos cuestan las redes sociales. Tratamos de adaptarnos, pero no hemos crecido con ellas.

A mí me dan mucha pereza. Yo todos los días tengo que hacer una publicación porque tengo muchos discos, muchos grupos, muchos conciertos… pero me parece un coñazo tener que estar todo el día pensando qué pongo. Y que luego son unos cabrones, porque se trata de unas mega empresas de negocios de la hostia. Al final cuelgas un link de venta de entradas y el alcance que tiene es una mierda. Tengo cinco mil y pico seguidores y solo les llega a 500 personas… ¿Por qué? Para que pagues por un anuncio. Han llegado a un nivel de capitalismo extremo.

Se acabó lo de salir a pegar carteles por la calle.

Sí. Yo soy el primero que ya no imprimo ni un solo cartel. Pero me molaba. Ibas a ponerlos a los garitos y al segundo o al tercero ya te liabas a tomar copas con quien te encontrases y te olvidabas de todo. Volvías a casa borracho y con la mitad de los carteles en la mochila (risas).

Foto Gerardo Urchaga de FOLC Records y guitarrista de Los Chicos

¿Crees que se va a mantener el ritmo actual de conciertos?

Espero que no. Hay bastante saturación. Por un lado, está muy bien. Pero hay promotores metiéndose unas hostias muy gordas, porque en la misma semana puede haber 3 o 4 conciertos del mismo público potencial, y la gente no puede ir a todos. A mí me ha pasado. Con los Flamin’ Groovies metí solo 100 personas en Independance. Y con John Paul Keith, que en condiciones normales habría metido 250 personas, solo fueron 170. Que no está mal, pero bueno… Es normal que la gente no pueda abarcarlo todo.

¿Qué opinas del furor que hay desde hace ya unos años por las bandas tributo?

Me parece una mierda, pero yo qué sé, que cada uno se gane la vida como quiera. Yo creo que el problema es que la gente paga por ello. Si los tributos se comiesen los mocos, los harían en bares pequeños para sus colegas y ya está. También lo entiendo y lo respeto. Hay músicos que dicen: si hago mi música, me vienen a ver quince; pero si hago un grupo de versiones de Heroes del Silencio, vienen dos mil.

¿Y si hubiera un grupo tributo a Los Chicos?

Me descojonaría (risas). Pero si te digo la verdad, me haría ilusión. Diría: ¡estos gilipollas…! Pero me haría ilusión.

Volviendo a FOLC Records, ¿a qué grupos o solistas os gustaría publicar algún disco, pero hasta ahora no ha sido posible?

A Barrence Whitfield y Mojo Nixon. Con Mojo Nixon estamos detrás de él para editar en vinilo un disco que solo tiene en digital. No debería decirlo, pero bueno. Lo estamos intentando. Hemos hablado con él, lo que pasa es que luego su manager no nos responde ni p’atrás. Son unos capullos todos los managers (risas).

¿Y de Barrence Whitfield?

De Barrence Whitfield, lo que él quiera. Estamos a su disposición.

¿Y del panorama español?

Los Bo Dereks… Puede sonar mal, pero es que a muchos de nuestros grupos favoritos ya los sacamos. De punk rock tenemos a Discípulos de Dionisos o Nuevo Catecismo Católico. De grupos más nuevos, tenemos a Escombros. Y haciendo otro rollo más clásico: La Perra Blanco, Anna Duke, Los Torontos…

Estáis orgullosos de vuestro catálogo.

Sí, totalmente. Pero es que además muchos grupos ya eran de nuestros favoritos antes de sacarlos. Los Toronto, por ejemplo. O La Perra Blanco, que desde que empezó y vimos algunos vídeos suyos ya nos flipaba. De hecho, la contactamos de primeras y ahora estamos a tope con ella.

Foto Gerardo Urchaga de FOLC Records y guitarrista de Los Chicos

¿Hay suficiente apoyo institucional a la música en España?

¿Para sacar discos, dices? Ninguno. Institucionalmente, la música está menospreciada. Se considera que es más ocio que cultura. Ahí tienes el IVA, que para los libros es del 4% y para los discos, del 21%. Sí, los ayuntamientos en verano contratan grupos, es cierto, pero para la edición de discos no hay ninguna ayuda. Bueno, sí… No, qué coño, no hay.

Y desde los medios, menos mal que está El Sotano de Radio 3.

Pues sí. Diego RJ es un gran amigo. Le conocemos desde que curraba en el Gruta 77, antes de empezar con El Sótano. Es increíble que haya un programa así en una radio nacional. De hecho, los guiris de grupos que vienen a tocar aquí flipan cuando lo conocen. También tienes que explicarles que no es lo habitual, que está El Sotano y poco más. Pero es un gran apoyo. Cuando organizas una gira, el día que el grupo va al programa, se nota bastante en la venta de entradas. Aunque ahora, con el cambio de horario a de 8 a 9, es más difícil para los grupos ir a la entrevista y llegar a tiempo al concierto.

¿Crees que hay relevo generacional en el rock and roll?

Quizá ahora más de lo que había hace diez años o así. Se ve más gente joven en festivales, en conciertos… o en garitos como el FunHouse, donde trabajo de programador. La media de edad ha bajado bastante. Ya no somos los mismos viejos de antes de la pandemia, que éramos siempre los mismos. Y hay muchos grupos jóvenes que tocan rock and roll y lo hacen muy bien. Igual peco de optimista. Pero sí, sí parece haber relevo.

¿Qué le recomendarías a un chaval o una chavala que esté empezando a tocar?

Que se lo pase bien, básicamente. Que componga sus propias canciones y que toque, toque y toque. Que toque en directo. Es importante tocar canciones, no solo practicar el instrumento.

¿Te gusta leer?

Sí. Sobre todo biografías de grupos o músicos. Me gustaría leer más novela, pero apenas tengo tiempo.

¿El último libro que has leído?

Asuntos peligrosos, la autobiografía de Wayne Kramer, el guitarrista de MC5. Lo recomiendo.

¿Dónde te ves dentro de diez años?

Igual que ahora. No quiero nada más. Me dedico a lo que me gusta y espero estar igual: tocando, sacando discos y organizando conciertos.

Foto Gerardo Urchaga de FOLC Records y guitarrista de Los Chicos

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