CANCIONES CON HISTORIA 2: Ronnie y Neil

Canciones con Historia Ronnie y Neil

Por Shakin’ David

Canciones con historia Ronnie y Neil

En la primera entrega de Canciones con Historia comentábamos que los seres humanos somos animales narrativos (la frase es de Walter Fisher ) cuya principal herramienta para entender y explicar el mundo es contar historias. Quizá también deberíamos matizar que, al obedecer a ese impulso de narrar y conceptualizar la realidad, solemos tender a la dualidad, a un maniqueísmo aparentemente innato que hace que nuestras historias estén protagonizadas por héroes y villanos que simbolizan dos visiones opuestas del mundo.

Sea cual sea el prisma desde el que narramos una historia, es difícil no caer en la trampa de observar la realidad en blanco y negro y asumir una vehemencia sacrosanta a la hora de elegir nuestro bando en la perpetua oposición entre bien y mal, justicia e injusticia, verdad y mentira.

La historia que nos ocupa hoy es de sobra conocida, pero, quizá más que ningún otro episodio mitológico del rock (separación de los Beatles aparte), adolece de esa tendencia a mirar a través de un filtro bicromático que suprime los matices de infinidad de colores que componen el mundo. El relato popular reza cómo Neil Young, movido por una exacerbada conciencia social, denunció con «Southern Man» la denigrante lacra del racismo en el Sur de Estados Unidos; ante lo cual, una panda de rednecks paletos conocidos como Lynyrd Skynyrd decidieron enarbolar la bandera confederada con un himno a los valores tradicionales sureños que bautizaron “Sweet Home Alabama”.

La realidad, sin embargo, no es sólo más compleja, sino también más interesante. Un relato que muestra cómo dos personas provenientes de trasfondos totalmente distintos pueden llegar a entenderse a través de la creatividad, la admiración y el humor, pero que al mismo tiempo pone de manifiesto cómo nuestra cultura, inevitablemente, se construye en función de estereotipos binarios, hasta el punto de que una historia que debería exhibir todo cuanto nos une, acaba pervirtiéndose en un símbolo mediante el cual avivar el radicalismo de ambos bandos en las perpetuas guerras culturales.

CANCIONES CON HISTORIA: RONNIE Y NEIL

Neil Young — “Southern Man” (1971)

Originalmente publicada en el clásico LP de 1971 After the Goldrush, “Southern Man” nació de un impulso indudablemente loable por parte del canadiense Neil Young. En las notas manuscritas de su recopilatorio Decade, el propio Young dice que la canción “podría haberse compuesto durante una marcha a favor de los derechos civiles, después de parar en un antiguo cine para ver Lo que el viento se llevó”. Y, ciertamente, se trata de una de las denuncias contra el racismo más descarnadas y honestas en su indignación que jamás hayan surgido de la pluma de un cantautor en lengua inglesa.

Como tal, “Southern Man” no tardó en convertirse en un himno, y sus crudas imágenes de cruces ardiendo y violencia racista en nombre de Dios hicieron alzar infinidad de puños a lo largo y ancho de la geografía estadounidense durante la convulsa transición de los años 60 a los 70, especialmente al ser interpretada por ese dream team del idealismo hippie que Young formaba junto a Crosby, Stills y Nash.

Vi algodón y vi negro
Grandes mansiones y pequeños chamizos
Hombre sureño, ¿cuándo les recompensarás?
Escuché gritos y golpes de látigo
¿Por cuánto tiempo?

Sin embargo, es innegable que tanto “Southern Man” como su secuela “Alabama”, aparecida en el superventas de 1972 Harvest, transpiraban un maniqueísmo extremo, a un tiempo condescendiente e ingenuo, que poco menos que pintaba a todos los norteamericanos nacidos por debajo de la línea Mason-Dixon como maníacos reaccionarios que guardaban capuchas del Ku Klux Klan bajo la cama. Es cierto que el sur de Estados Unidos guarda una lamentable historia de esclavitud y segregación, pero también lo es que el racismo era y sigue siendo un enorme problema social en todo el país.

Cuando Neil Young escribió “Southern Man”, más de un siglo después del fin de la Guerra Civil Estadounidense, los otrora estados unionistas podían jactarse de haber rechazado la segregación por ley, pero no de haber acabado con el racismo. El propio Young, como residente en Los Ángeles, probablemente había vivido de primera mano los disturbios raciales de Watts en 1965, que provocaron la muerte de 34 ciudadanos negros y que no sólo tuvieron análogos similares en muchas de las grandes ciudades del norte de Estados Unidos, sino que 25 años después se repetirían con una mortalidad de casi el doble tras la paliza propinada a Rodney King por la policía angelina en 1991.

¿Por qué, entonces, focalizar el problema del racismo en el sur? ¿Por qué “Southern Man” y no “Northern Man” o “California Man”? ¿No es acaso un acto de hipocresía, incluso de racismo, culpar a una región y a un pueblo de una lacra que se extiende a nivel nacional?

Lynyrd Skynyrd — “Sweet Home Alabama” (1974)

Eso es lo que debía de estar pensando el cantante de Lynyrd Skynyrd, Ronnie Van Zandt, cuando se sentó a escribir “Sweet Home Alabama”. Van Zandt, oriundo de Jacksonville, Florida, no podía dejar pasar el condescendiente paternalismo de un Young que, sentenció, había optado por “disparar a todos los patos para matar a un par” y, en el proceso, había adolecido del mismo fanatismo que pretendía combatir, al condenar sistemáticamente a la mitad de la ciudadanía estadounidense por su lugar de procedencia.

Sorprendido por la actitud de un músico al que admiraba y tenía por más sensato, Ronnie escribió “Sweet Home Alabama” más como una sátira que como un ataque. Un sarcástico tirón de orejas a Young, en el que explicaba que esa Alabama que el canadiense pintaba como un abismo cultural de violencia y xenofobia era en realidad un estado vasto y diverso, de bellos paisajes y gente sencilla, y de cuyos estudios de grabación en Muscle Shoals había surgido mucha de la música que había inspirado a Neil Young en primer lugar.

Conjugando el hastío tras décadas de miradas por encima del hombro provenientes del norte con el orgullo de pertenecer a una región que, más allá de estereotipos, era la tierra de Mark Twain y Flannery O’Connor, de Rosetta Tharpe y Duane Allman, “Sweet Home Alabama” reivindicaba que existía un sur distinto, un sur artístico y abierto que nada tenía que ver con las imágenes conjuradas en “Southern Man” y aprovechaba para dar una cura de humildad al bueno de Young, invitándole a meterse en sus propios asuntos:

Escuché al señor Young cantar sobre ella
Escuché al viejo Neil ponerla a parir
Bie
n, espero que Neil Young recuerde
Que un hombre sureño no necesita su opinión

Sorprendentemente, sin embargo, cuando “Sweet Home Alabama” se convirtió en un inesperado hit en el verano de 1974, lejos de indignarse al escuchar una canción que le señalaba con nombre y apellido en el top 10 y lanzarse a facturar una réplica que avivara la llama del conflicto, Young se tomó el mensaje con filosofía y humor, y eligió interpretar el incidente como una lección. Ronnie Van Zandt estaba en lo cierto, razonó Neil, “Southern Man” y “Alabama” proponían una versión en exceso simplista de la realidad sureña que le habían hecho merecedor del tirón de orejas por parte de Lynyrd Skynyrd. Por no mencionar que, además, era una canción cojonuda.

En su autobiografía de 2012, Waging Heavy Peace, Neil escribió que sus dos composiciones “bien merecían el tiro que Lynyrd Skynyrd me dispararon con su genial single. No me gustan mis palabras cuando las escucho. Son acusatorias y condescendientes, no están bien planteadas y son fáciles de malinterpretar”. Por su parte, Van Zandt también se ocupó de quitar hierro al asunto, expresando su admiración por el canadiense en incontables entrevistas y luciendo una camiseta con la portada del Tonight’s the Night de Neil en numerosos conciertos e incluso en la portada de Street Survivors, su último disco al frente de Skynyrd.

Se dice incluso que Young escribió el clásico de Crazy Horse “Powderfinger” con la intención de cedérselo a sus amigos de Jacksonville, pero el destino se cruzó en su camino en 1977, cuando Van Zandt falleció en el accidente de avión más tristemente célebre de la historia del rock and roll.

Drive-By Truckers — “Ronnie and Neil” (2001)

Patterson Hood, guitarrista y cantante de Drive-By Truckers, dijo una vez que sus dos bandas favoritas de rock sureño eran Tom Petty & The Heartbreakers y R.E.M. Un comentario que puede sonar extraño e incluso escandaloso, pero que, analizado con calma, dice mucho acerca de los estereotipos que rodean al southern rock. A fin de cuentas, Petty era de Gainesville, Florida, y R.E.M. se formaron el estado de Georgia, en la muy musical ciudad de Athens, lo cual les hace tan sureños como Molly Hatchet o Blackfoot. ¿Por qué, entonces, insistimos en colgar el adjetivo “sureño” únicamente a bandas tocadas con largos mullets y espesos bigotes dibujando acrobacias pentatónicas en sus Gibson Les Paul ante la bandera confederada?

Gran parte de ello se retrotrae al 20 de octubre de 1977, fecha en la que el avión de Lynyrd Skynyrd se estrelló de camino a un concierto en Baton Rouge, Luisiana, acabando con la vida de Ronnie Van Zandt y el guitarrista Steve Gaines, entre otros, y truncando la carrera de la banda. Para cuando Skynyrd regresaron a los escenarios, una década después, el clima político en Estados Unidos había cambiado radicalmente, con el auge de una nueva derecha personificada en Ronald Reagan y la recuperación de un espíritu de orgullo retrógrado en muchas regiones del sur que habían abrazado “Sweet Home Alabama” como un himno a los viejos valores, despojando su letra de cualquier ápice de ironía y obviando el espíritu conciliador de Ronnie.

Con su hermano pequeño, Johnny Van Zandt, al frente, los nuevos Skynyrd se convirtieron en el grupo abanderado de ese nuevo reaccionarismo confederado, una caricatura que, a día de hoy, sigue englobando con orgullo todos los estereotipos de cerrazón y paletismo que se asocian al rock sureño y a los estados del Sur en general. Así, si en 1974 Ronnie había escrito una canción contra la posesión de armas el clásico «Saturday Night Special», en 2009, la formación liderada por su hermano editaba un disco titulado God & Guns, cuyo tema título asegura que Dios y las armas son las bases sobre las que se sustentan los Estados Unidos y anima a luchar contra aquellos políticos que intentan acabar con ellas.

En 2001, Drive-By Truckers, un por entonces poco conocido quinteto liderado por Patterson Hood y Mike Cooley, dos guitarristas procedentes de (esta vez sí) Alabama, tuvo la disparatada idea de editar un doble LP conceptual que analizara la historia sociopolítica del sur de Estados Unidos a través de la trayectoria de Lynyrd Skynyrd. Como sureños progresistas, orgullosos de sus raíces pero preocupados por un ambiente de creciente dicotomía y fanatismo que evocaba las tensiones más extremas de la Guerra Civil, Hood y Cooley decidieron utilizar a los Skynyrd originales como un símbolo.

Con su éxito en los años 70, la banda había abierto un debate que ayudó a articular una visión nueva y compleja del Sur, alejada de las políticas segregacionistas del gobernador George Wallace y de los relatos de decadencia endogámica de las novelas de William Faulkner. Paradójicamente, sin embargo, el renacer de Skynyrd en los 80 había contribuido a avivar estos mismos estereotipos, y es esa dicotomía la que Hood y Cooley investigan en el maravilloso Southern Rock Opera, cuyo segundo tema, “Ronnie and Neil”, se centra en la relación entre los dos protagonistas de este artículo.

Pese a tomarse ciertas licencias creativas (Neil Young no ayudó a cargar el ataúd de Ronnie Van Zandt, tal y como reza la letra, aunque sí es cierto que Ronnie fue enterrado con su camiseta de la portada de Tonight’s the Night y que Neil interpretó “Sweet Home Alabama” en directo poco después del accidente de avión que acabó con la vida de su amigo), la canción supone un precioso recordatorio de la lección que los dos cantantes le ofrecieron al mundo.

Ronnie y Neil, Ronnie y Neil
las estrellas del rock de hoy no son ni la mitad de reales
Hablando con sinceridad sobre sus sentimientos
Que suenen las guitarras por Ronnie y Neil

canciones con historia - Ronnie y Neil
Ronnie Van Zandt durante un concierto de Lynyrd Skynyrd, luciendo la camiseta de Neil Young con la que sería enterrado en 1977.

La segunda ley de la termodinámica establece que todos los sistemas evolucionan a peor y la historia de las últimas décadas parece empeñada en darle la razón. El ejemplo de Neil Young y Ronnie Van Zandt muestra que es humano equivocarse pero que es de sabios rectificar, y que las barreras que nos separan a menudo son insignificantes al compararlas con aquello que nos une. Sin embargo, los seres humanos tendemos al enfrentamiento y al maniqueísmo, y la cultura de masas acaba proyectando sus dogmas y prejuicios sobre artefactos artísticos como “Southern Man” y “Sweet Home Alabama”.

Así, dos canciones cuyo diálogo consiguió construir un comentario interesante y profundo acerca de la realidad cultural de su tiempo y que muestran cómo dos artistas pueden inspirarse mutuamente, acaban por convertirse en instrumentos que, a la larga, han ayudado a consolidar aquellos prejuicios y estereotipos que pretendían derribar.

Es por ello que hemos de seguir contando historias. Para mantener el diálogo vivo ante la amenaza del dogmatismo, porque la historia de Neil y Ronnie dice mucho acerca de nuestra naturaleza y de las relaciones humanas, de lo bueno y lo malo que existe en todos nosotros. Como cantaban Green Manalishi, “Like Neil and Ronnie talking about South / Just like you and I…”

Y por si te has quedado con ganas de más Canciones con Historia…